¿Qué es el Sabor Metálico en la Boca?
Definición del fenómeno
Se trata de un sabor metálico en la boca, específicamente en lengua y paladar, que no desaparece a pesar de consumir alimentos y beber agua. Médicamente, el sabor metálico de carácter persistente que podemos experimentar a través de la lengua, se denomina como “Disgeusia”. Su intensidad y persistencia varía, pero se caracteriza por aparecer repentinamente y de forma inusual.
En odontología, el sabor metálico en la boca puede ser una señal de diversas condiciones y trastornos dentales. Aunque también puede estar relacionado con una amplia gama de otras condiciones médicas, aquí nos centraremos en su conexión con la salud bucodental.»
Descripción de cómo y cuándo puede ocurrir
Puede ocurrir por distintas causas, entre ellas por medicalización, infecciones respiratorias, cambios en la dieta, problemas dentales, embarazo, exposición a metales, etc. Su frecuencia de aparición es en cualquier momento, razón por la cual su causa es compleja de identificar, a pesar de que no suele ser causado por factores malignos.
Características del Sabor Metálico en la Boca
Descripción de la sensación
Los pacientes asemejan el sabor similar al de monedas o metales oxidados. Es descrito con las siguientes características:
Persistencia
es variable, se puede presentar con una duración de apenas algunos minutos, así como permanecer por meses. Su aparición puede ser constante, presentándose durante todo el día, o intermitente, apareciendo entre periodos.
Intensidad
El sabor metálico puede presentarse suavemente, apenas perceptible o de manera intensa y pronunciada, opacando el sabor de cualquier alimento o bebida consumible por el paciente.
Localización
El sabor se percibe disperso en toda la cavidad oral, pronunciado especialmente en lengua y paladar, lugares donde se hallan mayores concentraciones de papilas gustativas.
¿Cómo puede afectar la calidad de vida y la alimentación?
Estrés, ansiedad y frustración
El mayor impacto sucede a nivel psicológico, el paciente se siente hostigado por el sabor metálico, que no le permite continuar normalmente con su rutina diaria y lo perturba a lo largo del día. Estos síntomas desencadenan un desmejoramiento progresivo en diferentes áreas de la vida del paciente.
Alteración del sueño
En los pacientes más sensibles o que presentan una intensidad mayor del sabor metálico, se produce una alteración del ciclo del sueño, ya que la Disgeusia rápidamente frustra y estresa al paciente, impidiéndole el correcto descanso.
Perdida de apetito
El paciente presenta perdida de apetito, puesto que el sabor metálico no le permite disfrutar la comida con normalidad. Incluso, los pacientes pueden reportar que algunos alimentos intensifican el sabor a metal.
Cambios en la dieta
El paciente empieza a evitar aquellos alimentos que intensifiquen el sabor metálico, variando la dieta en direcciones que recurrentemente provocan una malnutrición. El paciente puede ingerir demasiado de un solo alimento o muy poco de otros, desvariando así la cantidad ideal de macronutrientes necesarios en la ingesta diaria.
Deshidratación
la ingesta de agua puede intensificar el sabor metálico en algunos pacientes, esto puede provocar que empiecen a beber menores cantidades de agua para evitar el sabor.
Causas del Sabor Metálico en la Boca
Medicamentos
Los medicamentos tienen varias vías para provocar un sabor metálico en la boca: pueden acumularse en la saliva, pueden alterar el sentido del gusto, pueden alterar la actividad cerebral que regula la sensación del gusto o puede directamente poseer un sabor metálico por sí mismo. Existen medicamentos más propensos a causar este efecto, a continuación se mencionan algunos: Antibióticos como tetraciclina, metronidazol y claritromicina, para la presión arterial como el captopril, antidepresivos como el litio o los tricíclicos, quimioterápicos y medicamentos para diabetes que se excretan por saliva, como la metformina.
Mecanismos subyacentes usados por medicamentos para inducir sabor metálico
Excreción salival
Característico de los medicamentos que se excretan a través de la saliva y que, durante este proceso, alteran la composición química de las glándulas salivales, dejando un sabor residual a metal.
Interacción con receptores del gusto
Algunos medicamentos alteran los receptores químicos del gusto que existen en las glándulas salivales de la lengua, induciendo el sabor metálico.
Efectos sobre sistema nervioso central
El medicamento altera a los neurotransmisores del cerebro, encargados de regular las sensaciones del gusto y los trastorna, desregulando su actividad y produciendo señales de sabores erróneos.
Impacto en la mucosa oral
Las papilas gustativas de la mucosa oral pueden directamente ser dañadas y atrofiadas por los medicamentos, alterando así el sentido del gusto.
Tratamientos médicos
Quimioterapia
La quimioterapia utiliza medicamentos capaces de destruir células, específicamente las cancerosas, pero usualmente, como efecto colateral, acaba provocando la muerte de células sanas, incluidas las papilas gustativas y salivales. Cuando estas resultan dañadas debido a la quimioterapia, ya sea por inflamación, excreción del medicamento o deterioro de cualquier estructura celular, la transmisión de las sensaciones del gusto resulta alterada, produciendo artificialmente sabores como el metal.
Radioterapia
Es la aplicación de radiación sobre el paciente como tratamiento contra el cáncer. En el proceso de destruir las células cancerosas, la radiación también afecta a las células sanas, igual que la quimioterapia, ocasionando los mismos daños colaterales que esta, que incluyen inflamación, muerte o deterioro de la célula que transmite las sensaciones del gusto.
Anestesia general
Este tipo de anestesia también puede provocar un sabor metálico artificial en la boca. Esto sucede por excreción la anestesia a través de la saliva, que al combinarse con la deshidratación postoperatoria, intensifica el sabor de los químicos de la anestesia. Los anestésicos generales que reportan sabores metálicos en el postoperatorio son: propofol y sevoflurano.
Enfermedades o afecciones dentales
Sangrado de encías por gingivitis
El sangrado de las encías, inducido por una inflamación y sensibilización de las mismas, libera sangre que se vierte en la cavidad oral. Esta sangre contiene hierro, que contribuye a crear fácilmente un sabor metálico en la boca.
Daño tisular por periodontitis
El daño de los tejidos bucales puede liberar componentes intracelulares de bacterias y células nativas, que varían entre químicos inofensivos y toxinas. Estos se segregan en la cavidad bucal y al llegar a las papilas gustativas, producen un sabor metálico anormal.
Pus y bacterias por absceso dental
Las bacterias y el pus liberados durante un absceso dental pueden producir mal aliento y un sabor metálico en la boca.
Alimentos y suplementos específicos
Minerales
Zinc
Cuando se consume en exceso, este es excretado a través de la saliva, causando un sabor metálico.
Hierro
Los diferentes suplementos de hierro pueden provocar un sabor metálico en la medida en que sean fácilmente absorbibles por el cuerpo. Suplementos como el sulfato ferroso liberan iones de hierro a través de la saliva, dejando un sabor metálico remanente por algunas horas.
Cobre
Cuando se consume en exceso, este es excretado a través de la saliva, causando un sabor metálico.
Edulcorantes artificiales
Sacarina
Algunas personas pueden experimentar un sabor metálico en aquellos alimentos que estén endulzados con sacarina.
Aspartamo
Algunas personas pueden experimentar un sabor metálico en aquellos alimentos que estén endulzados con aspartamo.
Alimentos altos en mercurio
Pescado y mariscos
Estos animales, debido a su proveniencia, sufren de bioacumulación de mercurio en todo su cuerpo, originado de derrames de productos químicos en el océano. Consumir este tipo de alimentos en muchas cantidades aumenta la cantidad de mercurio excretada por nuestro cuerpo a través de la saliva, concentrando un sabor metálico en la boca.
Diagnóstico del Sabor Metálico en la Boca
Revisión de los medicamentos y la dieta
Dado que los medicamentos son una causa común del sabor metálico en la boca, uno de los primeros pasos para iniciar el diagnóstico de su causa en los pacientes, es la revisión de los medicamentos que estos toman frecuentemente.
Identificación de medicamentos
El profesional identifica el historial de medicamentos pasados y actuales del paciente, los antibióticos, antidepresivos, medicamentos para hipertensión, diabetes y suplementos vitamínicos y minerales, participan como posibles causantes del sabor metálico durante la evaluación diagnostica.
El profesional utiliza distintas estrategias para abordar a los medicamentos como causantes del sabor metálico, algunas medidas son: ajustar las dosis para reducir la disgeusia, cambiar el medicamento por uno alterno, modificar las vías de administración del medicamento, mientras se realiza un monitoreo riguroso de los cambios que se presenten en la intensidad de la disgeusia, así como en la condición de salud que está siendo tratada por los medicamentos que causan la disgeusia.
Examen dental
Examen físico y visual
Durante el examen diagnóstico, se realizan distintas pruebas dentales, para evaluar si la causa de la disgeusia se trata de una patología dental como las mencionadas anteriormente. Durante el examen dental físico se evalúa: el estado de las encías, dientes, lengua y prótesis metálicas.
Exámenes complementarios
Las caries, inflamación e infecciones dentales pueden detectarse por medio de un examen físico y visual, y se complementan con radiografías dentales que revelarán si existe una infección profunda o leve en relación con las raíces dentales.
Cuando estas patologías se relacionan con una disgeusia, también se realiza, en algunos casos, un examen complementario de la saliva, donde se examina la composición química de la misma, identificando cualquier componente anormal o componente alterado que pueda ser el causante.
Análisis de sangre
Es el examen químico de cabecera. Este ayuda a determinar los niveles de minerales en sangre, la función hepática y renal y los desequilibrios hormonales. Los trastornos en la función excretora hepática y renal pueden derivar en la acumulación de toxinas en la sangre, cuya sintomatología incluye a la disgeusia o sabor metálico.
Otras pruebas diagnósticas
Cuando ya se han realizado las pruebas diagnósticas mencionadas anteriormente y no se han obtenido resultados que indiquen la causa del problema, se empiezan a realizar exámenes especializados, como la tomografía computarizada, para evaluar el estado neurológico, gastroscopia (y otros exámenes de carácter gastrointestinal) para evaluar la función gastrointestinales y pruebas que evalúan directamente la función de los nervios que controlan el sentido del gusto, como la electromiografía.
Tratamiento del Sabor Metálico en la Boca
Tratamiento de la causa subyacente
Para tratar la causa subyacente es necesario tener un diagnóstico preciso de cuál es la causa subyacente que está provocando el sabor metálico de la boca. Esta causa subyacente podría ser un medicamento, infección, malnutrición e incluso una enfermedad sistema. El tratamiento va a variar dependiendo de la causa.
En casos relacionados con la salud bucodental, el odontólogo tendrá un papel crucial para identificar la causa y prescribir el tratamiento más adecuado, que puede incluir procedimientos de limpieza dental, medicación para infecciones orales, o la recomendación de cambios en la dieta o los hábitos de vida del paciente.
Medicamentos
Se cambian o se reducen sus dosis.
Infecciones
Se tratan con antibióticos tópicos, limpiezas dentales profesionales y un mejoramiento de la rutina de limpieza oral por parte del paciente.
Deficiencia nutricional
Se mejora por medio de suplementos vitamínicos y minerales, de acuerdo a cuál es la carencia específica.
Enfermedad sistémica
Se identifica cuál es la enfermedad sistémica que está ocasionando el sabor metálico y si el aspecto de esta que lo ocasiona es capaz de ser apaciguado por medio de un control más riguroso, o si, por el contrario, el sabor metálico se trata de un efecto colateral inevitable de la enfermedad.
Cambios en la dieta y los hábitos de vida
Mejorar la hidratación
Una buena hidratación estimula la producción de abundante saliva, la cual ayuda a disipar y regular los químicos que a través de esta se excretan. Se recomienda beber la cantidad estándar de 2 litros diarios en adultos, para lograr este hábito, debe llevarse una botella de agua consigo a lo largo del día. La constante producción de saliva y humectación de la boca pueden reducir la intensidad del sabor metálico.
Consumir alimentos frescos y evitar los procesados
Los alimentos frescos y naturales ayudan a limpiar la boca y los dientes y contrastar el sabor metálico. Asimismo, los alimentos naturalmente ricos en zinc tienen la capacidad de afinar el sentido del gusto en algunas personas.
Deben evitarse los alimentos procesados y ácidos, ya que los primeros provocan una rápida aparición del mal sabor de boca y los últimos pueden corroer el esmalte dental y trastornar el sentido del gusto temporalmente.
Mantener higiene dental rigurosa
Es necesario el cepillado dental riguroso para descartar a la mala higiene oral como una posible causa del sabor metálico durante el proceso de diagnóstico. Las bacterias que se acumulan en la lengua pueden alterar el sentido del gusto, utilizar un raspador lingual todas las noches las elimina eficazmente.
Evitar el tabaco y el alcohol
Ambos pueden alterar negativamente el sentido del gusto, de manera temporal pero también permanente. Se recomienda reducir o eliminar su consumo por completo.
Prevención del Sabor Metálico en la Boca
Mantenimiento de una buena higiene bucal
El mantenimiento de una buena higiene bucal es necesario para evitar las patologías dentales que provocan el sabor metálico, sin embargo, por sí misma esta medida preventiva no es capaz de evitar todas las causas que propician el sabor metálico en la boca.
Cepillado
El cepillado debe ser mínimo dos veces al día, utilizando un cepillo de cerdas suaves y pasta dental fluorada. El movimiento del cepillo debe ser circular alrededor de cada diente, rozando la línea gingival con las cerdas para asegurarse de remover el sarro que principalmente allí se acumula.
Uso de hilo dental
Su empleo es de vital importancia, para lograr remover correctamente todo el sarro. Evitar el uso de hilo dental, acelera la acumulación de placa y hace necesarias con mayor frecuencia a las limpiezas dentales.
Enjuague bucal
El enjuague bucal es un complemento luego de finalizar la limpieza de los dientes, que permite la remanencia de un efecto protector, que ralentizara la adhesión de bacterias en los dientes.
Limpieza de prótesis
Si el adulto mayor utiliza prótesis dentales para el reemplazo de dientes, es necesario limpiar esta todos los días antes de dormir. Cada prótesis tiene su propio método de limpieza dependiendo de la categoría a la que pertenece, sin embargo, cuando estas no se limpian adecuadamente, aceleran y facilitan enormemente la formación de placa, el mal aliento y la inflamación de las encías.
Alimentación balanceada
Frutas y verduras
Este tipo de alimentos son excelentes complementos para la limpieza de los dientes, ya que remueven la placa naturalmente, evitando que esta se sedimente en la boca y produzca caries. Asimismo, evita que sea necesario el uso de algunos suplementos vitamínicos y minerales.
Proteínas magras
Son necesarias para la salud general y dental del organismo. Este balance es necesario para evitar los desequilibrios en la sangre o el mal funcionamiento de los órganos, que puedan derivar en la disgeusia.
Productos lácteos
Ayudan a fortalecer los dientes y ralentizar su degradación durante la presencia de caries.
Reducir el azúcar
Las azúcares, al masticarse y dejar remanentes de comida en la boca, son el alimento idóneo para las bacterias. Durante su descomposición, producen ácido, que en elevadas cantidades, sirve como soporte para la adhesión de bacterias, mientras que va debilitando el esmalte dental.
Visitas regulares al dentista
Además de mantener una buena higiene bucal y una dieta balanceada, es esencial realizar visitas regulares al odontólogo. Esto permitirá la detección temprana de cualquier problema dental que pueda causar un sabor metálico en la boca. La prevención es siempre la mejor manera de mantener una buena salud bucodental.
Exámenes dentales
Son necesarios para poder llevar un control y chequeo periódico del estado en el que se encuentra la salud bucal del adulto mayor. Se recomiendan chequeos cada seis meses, pero esta frecuencia puede cambiar según el caso de cada paciente. Los exámenes dentales permiten identificar caries cuando aún son pequeñas y superficiales, inflamación anormal de las encías, abscesos, etc.
Limpiezas profesionales
La acumulación de placa, aunque puede retrasarse significativamente con el cepillado, hilo y enjuague bucal, es inevitable. Las limpiezas periódicas son necesarias para eliminar esa placa que se nos escapa a través del cepillado y que se va sedimentando mientras dormimos.
Conclusión
El sabor metálico puede ser un indicativo o síntoma de un problema mucho mayor, que ha escalado lo suficiente para manifestarse. A veces, puede ser el único síntoma. Cuando el sabor metálico no desaparece por sí mismo al cabo de una semana, acudir a un médico es importante para recibir atención profesional, evaluar el caso y desarrollar un diagnóstico adecuado según su estilo de vida. De este modo, el médico y el paciente trabajan en colaboración mutua para hallar rápidamente un tratamiento y solucionar el sabor metálico.